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El derecho notarial y registral regula a los registros y notarios, y permite que exista un reconocimiento público de un hecho. El más habitual es el de testamento o la declaración de herederos en caso de que no hubiera testamento. Hay todo tipo de fe pública y permite que un hecho sea cierto frente al resto de la sociedad. Por ejemplo, si vendemos una casa, lo ideal es hacerlo a través de la escritura pública notarial. Sino, cualquiera podría comprar y vender casas que no son suyas, usando el engaño. Esto es sólo un ejemplo, hay todo tipo de testimonios notariales. Los registros y notarios dan fe pública.
Depende de los aranceles.
Depende. En el caso de un divorcio, por ejemplo, la notaría a la que hay que acudir es a la que corresponda con la demarcación de la vivienda.
Permite demostrar que eres el dueño de una casa, de una finca… para lo cual puedes inscribirlo. En el caso de las fincas, la primera vez que se registran se llama “inmatriculación”. El derecho registral lo regula.
No, hay que pagar tasas.
No, tienes que demostrar un interés legítimo.
Porque cuando se registra un bien, normalmente hay que liquidar impuestos. Esto permite que sea todo una sola gestión. A veces no hay que liquidar impuestos, por ejemplo, en el caso de los préstamos a título gratuito. Piensa en una persona que le presta dinero a su hermano y le hace una transferencia. Si hablamos de más de 2.000 euros es mejor justificarlo para que Hacienda no tenga dudas. Para eso se hace un contrato de préstamo a título gratuito y se registra. Así quedará todo legalizado.
El derecho notarial y registral es una especialidad que regula los registros y notarios y la podrás encontrar en Emérita Legal.
