La llegada de un bebé es uno de los momentos más emocionantes y esperados en la vida de una familia. Sin embargo, en ocasiones, durante el proceso de parto, pueden ocurrir negligencias médicas que afectan tanto a la madre como al recién nacido. En este artículo, exploraremos un tema de vital importancia: las negligencias médicas en el parto y cómo pueden tener un impacto duradero en la vida de las personas.
¿Qué son las negligencias médicas en los partos?
El nacimiento de un hijo debería ser el momento más bonito de una pareja. Si bien, durante el parto, pueden producirse eventos que conviertan ese momento en un auténtico drama.
Durante el parto, pueden darse situaciones de sufrimiento fetal que, si no son adecuadamente atendidas, condicionarán que el bebé nazca con graves lesiones, físicas o neurológicas, e incluso que fallezca.
También pueden darse casos de lesiones a la madre durante el parto.
Para saber si son producto de una negligencia médica, será necesario conocer si se han observado los protocolos médicos de actuación en cada caso concreto. Para ello es fundamental contar con la documentación clínica del embarazo y posterior parto: ecografías de control y seguimiento, así como pruebas de cribado; registro cardiotocográfico, partograma y determinación de pH fetal, en su caso; consentimientos informados.
¿Cuáles son los distintos tipos de negligencias médicas en el parto?
Hipoxia durante el periodo de dilatación.
Durante el periodo de dilatación, el feto ha de estar monitorizado de forma continuada, para poder advertir de inmediato cualquier situación que suponga un riesgo de pérdida de bienestar fetal o sufrimiento fetal. Ante cualquier alteración sospechosa del registro, se debe avisar al ginecólogo de inmediato, para que éste valore si es necesario la finalización del parto por el método más rápido (una cesárea), y no prolongar una situación que puede llevar a una situación de hipoxia fetal (falta de oxígeno), con gravísimas consecuencias.
La hipoxia puede producir la muerte fetal, o bien graves daños neurológicos al bebé por la falta de oxígeno que llega al cerebro. Una hipoxia mantenida puede llevar a una parálisis cerebral del bebé, o incluso a su fallecimiento.
Lesiones al feto durante la extracción.
En ocasiones, el feto se queda detenido al salir la cabeza por impacto del hombro en el hueso de la pelvis de la madre (es lo que se conoce como distocia de hombros). En estos casos, existen unas maniobras concretas protocolizadas, para la extracción del feto sin ocasionar daños. Estas maniobras han de ser realizadas por ginecólogo, con la asistencia de personal sanitario bien entrenado. Si las maniobras de extracción no se realizan adecuadamente, se puede ocasionar la rotura o elongación de fibras nerviosas del plexo braquial, que se traducirá en una parálisis braquial obstétrica que requerirá de una o varias intervenciones por cirujano pediátrico especializado, además de rehabilitación de forma continuada. Lo que, no obstante, no evitará las secuelas permanentes de limitación de movilidad del brazo y mano afectados.
Lesiones a la madre en el parto.
Un parto incorrectamente asistido puede provocar también daños en la madre. Por ejemplo, en un parto instrumental, con uso de fórceps, en el que se provocan desgarros a la madre.
También, una vez finalizado el parto, se debe comprobar que no queden restos de placenta en el interior del útero. Si esta comprobación no se hace correctamente, esos restos provocarán una grave hemorragia uterina e infección en la madre, que pueden llevar a la pérdida del útero.
Error en el diagnóstico prenatal.
Tras el nacimiento del bebé, podemos descubrir que éste presenta una malformación congénita que no había sido detectada durante el embarazo.
Estas malformaciones pueden ser de tipo físico (malformación o falta de extremidades), enfermedades cardiológicas graves, espina bífida o Síndrome de Down, por ejemplo.
Muchas de estas malformaciones o alteraciones son detectables en las pruebas de control y seguimiento del embarazo, existiendo una prueba específica de detección, encaminada precisamente a poder informar a los padres de su existencia y, en tal caso, que éstos puedan optar entre continuar o interrumpir la gestación.
Análisis de sangre específicos, amniocentesis, ecografía… Todas estas pruebas, especialmente en el 1º y 2º trimestre de gestación, ofrecen información sobre riesgo de dichas malformaciones o alteraciones.
Si dichas pruebas no se realizan bien, o no son correctamente interpretadas por el médico, pueden llevar a informar de un bebé sano. De modo que los padres no sabrán que su futuro bebé tiene dichas malformaciones hasta su nacimiento.
En este caso, se indemniza a los padres por la vulneración de su derecho a decidir, de haber conocido las malformaciones o enfermedad congénita que el feto presentaba.
Embarazo ectópico.
El embarazo ectópico es una situación de riesgo grave para la madre. El óvulo fecundado se implanta fuera del útero, donde crece. Habitualmente, en la trompa.. Ese óvulo, al crecer, puede llevar a la rotura de la trompa, que ocasionará una grave hemorragia a la mujer, con riesgo de muerte incluso. Por eso es fundamental el diagnóstico temprano de esta situación.
Cuando una mujer acude con síntomas que pueden hacer sospechar un embarazo ectópico, se debe actuar con rapidez, para evitar la rotura. Se realizan determinaciones analíticas de hormonas Beta hCG y ecografía para su diagnóstico. Muchos de estos embarazos terminan en un aborto espontáneo. Pero si no se produce, será necesaria la interrupción del embarazo, ya sea mediante tratamiento quirúrgico o medicamentoso.
Un diagnóstico erróneo o tardío de un embarazo ectópico, por falta de realización de las oportunas pruebas, puede llevar a una situación de auténtico peligro para la vida de la mujer.
Información sobre el parto.
Un parto es una actuación médica como cualquier otra. Y como tal, la gestante debe estar adecuadamente informada de todas las posibles técnicas de parto, sus ventajas e inconvenientes, así como posibles riesgos asociados. Tanto del parto natural por vía vaginal, como parto instrumental, inducción del parto, como parto por cesárea e, incluso, parto con cesárea previa.
La inducción al parto mediante fármacos (oxitocina) implica una serie de riesgos que la gestante debe conocer.
También la utilización de fórceps o ventosas en el parto. Y la existencia de una cesárea previa, que puede implicar un riesgo de rotura uterina durante el parto.
También debe ser informada de la técnica anestésica a emplear durante el parto, y sus posibles riesgos.
Durantel el control del embarazo, se debe informar también a la madre de cuál es el objetivo de las distintas ecografías que se le van realizando, ya que la ecografía del 2º trimestre, también llamada de diagnóstico prenatal, es de vital importancia puesto que nos informará sobre posibles malformaciones fetales.
Casos de negligencias médicas en el parto
- Sentencia por la que se indemniza por la muerte de un gemelo, y el nacimiento del otro gemelo con graves daños, como consecuencia de un gravísimo error durante el control ecográfico de la gestación.
La incorrecta asistencia durante el control ecográfico del embarazo, llevó a no diagnosticar que se trataba de una gestación monocorial biamnótica (existencia de una placenta y dos bolsas). Y a partir de ese error inicial, todo el seguimiento posterior se realizó erróneamente. Un embarazo monocorial es de muy alto riesgo y precisa de un control muy estrecho que en este caso, no se llevó a cabo.
Durante el seguimiento del embarazo, se realiza una siguiente ecografía que muestra que uno de los sacos tiene poco líquido amniótico y el otro mucho. En ese momento se dan cuenta de que se trataba de una gestación monocorial y no bicorial, y que había existido un síndrome de trasfusión feto-fetal. Sin embargo, comprobado este dato, no se hizo nada, y la gestación continuó sin más.
En el siguiente control ecográfico, se cometió un nuevo y gravísimo error, al diagnosticar la ausencia de latido en ambos fetos, decidiendo la finalización del parto. Era un error, ya que uno de los fetos sí presentaba latido. Pero en la creencia equivocada de que ambos estaban muertos, no se tomó ninguna precaución para el parto.
Uno de los gemelos nació muerto; el otro no, comprobándose latido. Pero con graves secuelas físicas y neurológicas.
En este caso, se indemnizó en la cuantía de 37.000€ por el fallecimiento de uno de los bebés, y en 400.000€ por el nacimiento del segundo bebé, con graves daños y necesidad de cuidados, tratamientos médicos y asistencia especializados durante toda su vida.
- Resolución estimatoria de la Reclamación formulada por unos padres, por el fallecimiento de su bebé, que concede una indemnización a favor de éstos de 175.000 €.
El registro mostraba alteraciones sospechosas de pérdida de bienestar fetal, que precisaban de una actuación inmediata por parte del ginecólogo, mediante realización de cesárea para la finalización del parto de la forma más rápida. Sin embargo, pasaron más de 2 horas hasta que se indicó la realización de cesárea. El feto sufrió una hipoxia severa, naciendo ya muerto.
La resolución declara que, de haberse realizado la cesárea mucho antes, cuando aparecieron las alteraciones en el registro, el feto no hubiera sufrido esa hipoxia severa y no hubiera fallecido.
- Sentencia que condena a la aseguradora del servicio público de salud a indemnizar en la suma de 112.500 € por la parálisis braquial obstétrica ocasionada al feto durante el parto, como consecuencia de una inadecuada atención médica.
En este caso, al producirse la distocia de hombros durante el parto, quedando el feto encajado en el pubis de la madre, no se actuó conforme a los protocolos médicos establecidos. La extracción del feto se realizó mediante maniobras bruscas, con tracción desproporcionada y excesiva de la cabeza fetal, provocando el arrancamiento de las terminaciones nerviosas del plexo braquial, por las que el niño tuvo que ser operado a los pocos meses de vida. Necesitando una segunda intervención dos años más tarde.
A pesar de las intervenciones quirúrgicas y del tratamiento de rehabilitación que realiza desde el nacimiento, al niño le restan secuelas importantes, con limitación de la movilidad del brazo, y falta de destreza fina en la mano. Secuelas que condicionarán su futuro profesional, así como actividades de la vida diaria y actividades de ocio y deportivas. Con necesidad de tratamiento de fisioterapia de por vida.
- Sentencia que condena a la aseguradora del servicio público de salud a indemnizar a una mujer por los graves daños ocasionados con ocasión del parto, que culminaron en la pérdida de útero y arrancamiento del uréter, en la cuantía de 293.000 €.
Se procedió a la extracción manual de la placenta tras el parto, sin que se comprobara que no quedaron restos en el interior del útero. Tras el parto, la mujer presenta importante sangrado. Al realizar ecografía, se comprueba la existencia de restos placentarios que obligó a un legrado uterino. Este legrado no eliminó todos los restos, persistiendo el sangrado, y obligando a un nuevo legrado. Durante la realización del legrado, se perforó el útero y se arrancó un segmento de 15 cms del uréter. La paciente fue sometida a una histerectomía (pérdida del útero y, con ello, su capacidad reproductiva) y una compleja cirugía en varios tiempos de autotrasplante del riñón izquierdo.
¿Por qué es importante contar con un abogado especialista en negligencias médicas en el parto?
No todas las lesiones sufridas durante el parto son por negligencia médica. Por ello es necesario contactar con un abogado especializado en este tipo de asuntos, además de contar con el asesoramiento pericial de un médico especialista. Ambos podrán discernir qué casos son susceptibles de demandar por los daños ocasionados.
No podemos olvidar que el parto es una situación en la que pueden producirse daños. Si bien, sólo aquellos daños en los que intervenga una actuación médica que se aparta de la praxis médica y de los protocolos de actuación podrá ser susceptible de demanda.
También es importante contar con el asesoramiento de un abogado experto, que conozca todo el abanico de posibles conceptos indemnizatorios que pueden concurrir en el caso concreto. Los daños ocasionados en el parto llevan aparejadas otras consecuencias anexas que es necesario valorar en todo su alcance para solicitar la indemnización que verdaderamente cubra toda la diversidad de daños provocados, tanto a nivel físico, como de tratamientos médicos y de rehabilitación, ayudas técnicas o profesionales que se precisen, adecuación de vivienda o vehículo en el caso de grandes lesionados neurológicos, así como también consecuencias de futuro (invalidez o incapacidad laboral).
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