La negligencia médica en casos de ictus es una preocupación seria que puede tener consecuencias devastadoras para los pacientes. En este artículo, exploraremos en detalle qué implica este tipo de negligencia y cómo puede afectar a quienes la padecen.
¿Qué es un ictus?
Un ictus se produce cuando la sangre no llega adecuadamente a una parte del cerebro, por una interrupción del flujo sanguíneo, ya sea por un taponamiento o por una rotura de una arteria cerebral, lo que provocará una afectación de determinadas funciones, que puede ser de forma permanente o transitoria, e incluso la muerte del paciente.
¿Qué ocurre cuando sufres un ictus?
Las campañas de detección de los síntomas de un ictus han proliferado en los últimos años, debido a que es una emergencia médica vital. De ahí que se haya insistido mucho en las campañas de prevención y en los medios de comunicación en la identificación por parte del ciudadano de esos síntomas de alarma.
Los más habituales son:
- Pérdida de fuerza o sensibilidad en la mitad del cuerpo, hormigueos.
- Dificultades para hablar.
- Pérdida del equilibrio o coordinación.
- Pérdida súbita de la visión de un ojo.
- Dolor de cabeza muy intenso, de aparición brusca.
Ante estos síntomas es importantísimo avisar al servicio de emergencias sanitarias para ser trasladados de forma rápida y segura a un centro hospitalario, donde se activará el “Código Ictus”.
¿Cuál es el protocolo médico de actuación en el caso de ictus?
Se han establecido unos protocolos de actuación para tratar los casos de Ictus que llegan a las urgencias de los hospitales. Es lo que se llama “Código Ictus”, cuyo objetivo es realizar todas las pruebas en el menor tiempo posible, por personas especialmente preparadas para ello, y tratar de forma inmediata el ictus, para evitar que se produzcan daños en los pacientes de carácter irreversible.
En los casos de Ictus, el tiempo corre en contra del paciente, ya que se trata de evitar que el infarto cerebral continúe dañando tejidos, o bien evitar se produzca una hemorragia como consecuencia de ese taponamiento de la arteria cerebral; o, si ya ha existido hemorragia, que ésta se resuelva lo antes posible para evitar unos mayores daños.
Estos protocolos establecen unos plazos de horas, ventana terapéutica, en los que el paciente se podrá beneficiar de esos tratamientos que tienen por objeto evitar el sangrado y/o tratarlo para resolverlo.
Pasadas esas ventanas temporales, o bien no se podrán aplicar los tratamientos indicados, o bien ya no será posible evitar graves daños en el paciente. De ahí la importancia de actuar de forma rápida y de un diagnóstico precoz.
¿Cuándo se sufre una negligencia médica en caso de ictus?
Para detectar un ictus es muy importante la exploración neurológica del paciente que acude al servicio de urgencias. Esa exploración ha de ser realizada por un neurólogo, ya que éste sabrá distinguir los signos de alarma que harán que active el código ICTUS. Una vez detectados esos signos de alarma, es fundamental realizar un TAC cerebral para confirmar el diagnóstico en el menor tiempo posible, y poder así aplicar los medios y tratamientos adecuados para su resolución.
Una inadecuada exploración, o una exploración incompleta, realizada por personal no especializado, llevará a no identificar esos síntomas de alarma y, por tanto, a un retraso en su diagnóstico que se traducirá en una situación de muy alto riesgo para el paciente, ya que si el diagnóstico se retrasa, ya no será posible aplicar los tratamientos necesarios para resolver el ictus.
Del mismo modo, si identificados los síntomas de alarma, se demora la realización de las pruebas de imagen, ello llevará finalmente a esa imposibilidad de aplicar los tratamientos necesarios como consecuencia de una pérdida de tiempo fundamental.
Si un paciente queda fuera de la ventana temporal de tratamiento de un ICTUS, se le aboca a unas secuelas neurológicas muy graves, que pueden llevar a una declaración de Incapacidad Absoluta, de gran minusvalía o dependencia absoluta de todos. Incluso en ocasiones pueden llevar al fallecimiento del paciente, dada la entidad del daño neurológico que se provoca.
¿Qué necesito para reclamar la negligencia médica?
En todos los casos en los que se reclama por una negligencia médica es fundamental contar con la historia clínica completa, incluidas las pruebas de imagen.
Toda esta documentación será analizada por un perito especialista, que informará si se cumplieron los protocolos de actuación o, por el contrario, se produjo un retraso diagnóstico como consecuencia de una actuación negligente por parte del médico.
Su abogado le informará de cómo puede conseguir la historia clínica completa, asesorando sobre la viabilidad del caso y de las diferentes opciones para reclamar por los daños derivados de una negligencia médica en el diagnóstico del ictus.
¿Tengo derecho a indemnización?
Si ha existido una actuación negligente por parte de los servicios médicos, podrá reclamar por los daños derivados de esa actuación negligente. Esos daños se calcularán en función de las secuelas que presente el paciente como consecuencia del retraso diagnóstico del ictus.
Las secuelas a indemnizar abarcarán tanto las limitaciones físicas como psíquicas resultantes, la necesidad de tercera persona para la asistencia diaria, necesidad de tratamientos médicos o de rehabilitación, adecuación de la vivienda o el vehículo, pérdida de calidad de vida e Incapacidad Laboral. También se incluyen los daños a familiares, como consecuencia de la alteración sustancial de su dinámica, ya que se ven en la obligación de atender las necesidades del lesionado.
¿Qué vamos a hacer para demostrar que hubo una negligencia médica?
Es importante contactar con un abogado especialista en derecho sanitario y negligencias médicas, ya que le informará de cuáles son los pasos a seguir para acreditar que hubo un retraso diagnóstico como consecuencia de una actuación negligente del médico, y la relación de causalidad entre ese retraso y las secuelas resultantes.
Para ello, el abogado le pondrá en contacto con peritos especialistas, que elaborarán un informe pericial que fundamentará la ulterior demanda, estableciendo los aspectos en los que hubo una actuación negligente y qué consecuencias se han derivado de ello. En nuestro despacho contamos con la especialización necesaria y los mejores equipos periciales, a modo de ejemplo estas dos sentencias de éxito por negligencia médica:
SENTENCIAS:
- Indemnizan a los hijos de una paciente fallecida como consecuencia del retraso en la activación del código ICTUS, en la suma de 170.000 €.
Trasladada la paciente al servicio de urgencias del hospital por el 112, tras detectar signos sospechosos de un ICTUS, ésta quedó en la sala de espera durante 3 horas y media, sin que se realizara ninguna prueba diagnóstica que confirmara las sospechas. Realizado TAC cerebral que confirmó que se trataba de un ICTUS, se demoró otras 4 horas su traslado a la Unidad de Ictus. Durante este tiempo, se produjo una hemorragia masiva, por lo que cuando la paciente fue finalmente vista por los neurocirujanos, ya no era viable ningún tratamiento para intentar resolver el ICTUS, falleciendo la paciente unos días más tarde.
- Condena a una médico MIR de 1º año por el error diagnóstico, al confundir síntomas de ICTUS con una artrosis de rodilla.
La MIR de 1º año actuó sin la supervisión de su adjunto, de tal modo que confundió claros síntomas neurológicos de un ICTUS con un dolor de rodilla, lo que llevó a un error diagnóstico que retrasó el diagnóstico acertado: un ICTUS que provocaba que la paciente no pudiera caminar y se quejara de inestabilidad en la mitad de su cuerpo (se ladeaba).
Ese error llevó a un diagnóstico tardío, que impidió que la paciente pudiera beneficiarse de ningún tratamiento para intentar resolver el ICTUS, falleciendo finalmente.
Las hijas fueron indemnizadas por la aseguradora de la médica en la cifra de 200.000€.
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