Las negligencias médicas suceden cuando un sanitario lleva a cabo su trabajo sin seguir las normas y protocolos. La medicina no es un servicio de resultados, sino de medios. No puede exigirse una indemnización por negligencia médica porque no se ha logrado curar la dolencia. Puede reclamarse una indemnización si no se ha tenido diligencia o cuidado durante el servicio médico, siempre que se haya causado un daño. Si el médico ha cometido una negligencia pero tuvo suerte y no pasó nada, no se puede reclamar.
Estos procedimientos son duros pero necesarios. Por ejemplo, es imprescindible tener una indemnización para poder cuidar a una persona que por una negligencia médica sea dependiente.
¿Cómo se reclama?
La forma de reclamar por indemnización médica varía dependiendo de si el servicio es de la sanidad pública o de la sanidad privada. Si es sanidad privada, puede reclamarse directamente al doctor o sanitario. Si es sanidad pública, hay que demandar a la seguridad social. Ello afecta también al tipo de procedimiento: Puede ser civil o penal, en función de la gravedad de lo que haya hecho el sanitario privado. Siempre será administrativo en el caso de la seguridad social.
Para poder hacer una reclamación que se ajuste a la realidad de los daños, es necesario un informe pericial médico. Aunque el IMELGA es un servicio con el que el juzgado cuenta, lo idóneo es tener informes privados. Un buen perito puede hacer que ganemos un procedimiento, porque será el que convenza al juez de que su punto de vista es el correcto.
¿Qué incluye la indemnización?
Las indemnizaciones incluyen conceptos a futuro. Se hace una estimación del dinero que va a necesitar una persona para vivir desde que se le causa la lesión. Por ese motivo se indemniza más a una persona que está lesionada de por vida que si fallece.
Para estar bien asesorado es necesario contar con un verdadero especialista. Encuentra a los especialistas en nuestra plataforma escribiendo “mala praxis medica” en la barra de búsqueda.