¿Qué hacer si soy tutor con la nueva ley de discapacidad?

tutor con la nueva ley de discapacidad

Nueva ley de discapacidad: ¿Tengo que hacer alguna gestión para dejar de ser tutor con la nueva ley?, ¿qué decisiones puede tomar un discapacitado sin tutor ahora?, ¿qué puedo hacer si la persona discapacitada sigue necesitando ayuda de un tutor?. ¿Cuándo dejo de ser tutor con la nueva ley de discapacidad?, ¿se transforma automáticamente un tutor en curador con la nueva ley? o ¿qué proceso hay que seguir para adaptarse?. Todas las dudas que surgen a raíz de la nueva ley de discapacidad, las resuelve hoy en nuestro blog Sara Benjelali González, experta en Derecho de familia.

Introducción:

La nueva normativa sobre incapacidad cambia el concepto de “tutor” si bien, como indica el Consejo de Estado en su Dictamen emitido, la realidad, es que se convierte “al curador en un cuasitutor y a la persona afectada prácticamente en un incapacitado aún sin suprimir su capacidad ni desconocer su posible voluntad, deseos y preferencias y respetando su personalidad”. Todo la información relacionada a este tema la explica hoy en nuestro blog Sara Benjelali González, experta en Derecho de familia.

El curador podrá tener dos tipos de funciones:

  • Asistenciales: Para todas aquellas personas que precisen apoyo continuado, las medidas que se adopten no tendrán carácter permanente, sino que deberán revisare cada tres años o, cada seis motivadamente.
  • Representativas: Excepcionalmente, se ejercerán funciones representativas de todas o algunas de sus actuaciones, según señale la sentencia (personales, patrimoniales, de salud, etc. ).

 Figura importante que regula la nueva ley es el guardador de hecho, que es algo así como una persona de apoyo “informal”, lo que la diferencia del curador, que sería una persona de apoyo “formal” (acudir o no a un procedimiento judicial).

 A la práctica, el fin es el mismo:

Dar apoyo a una persona con discapacidad, si bien el nombramiento del curador tiene unos trámites judiciales y el guardador de hecho no.

A modo de ejemplo:

Los padres que tienen un hijo que alcanza la mayoría de edad y es discapacitado psíquico, en caso de una intervención médica éste no puede prestar el consentimiento informado, pero la Ley de la Autonomía Personal y derechos y obligaciones en materia de información y documentación clínica, regula el consentimiento por representación en un caso como este, pues cuando el paciente no es capaz de tomar decisiones, a criterio del médico responsable de la asistencia, o su estado físico o psíquico no le permita hacerse cargo de su situación, si el paciente carece de representante legal, el consentimiento podrá prestarlo las personas vinculadas con él por razón de familia o de hecho.

Otra figura que se crea y cabe destacar es el “facilitador”, que según indica el artículo 7 bis de la Ley de Jurisdicción Voluntaria, es un profesional experto que realiza las funciones necesarias de adaptación y ajuste para que la persona con discapacidad pueda entender y ser entendida.

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¿Tengo que hacer alguna gestión para dejar de ser tutor con la nueva ley de discapacidad?

Las disposiciones transitorias de la nueva Ley, prevé que las medidas dictadas con anterioridad a la entrada en vigor de esta Ley, deben adaptarse a la nueva normativa, en un plazo máximo de 3 años, pudiendo el actual tutor, instar al tribunal a su revisión y adecuación a la nueva ley en el plazo de un año, así como solicitar que sea nombrada otra persona como curador.

Es muy posible, que durante el procedimiento de adaptación se practique un nuevo examen de la persona por el Médico Forense adscrito al Juzgado, se oiga a los demás parientes y a la persona con discapacidad, a fin de valorar el alcance de la curatela: de apoyo o representativa.

Sara Benjelali González, experta en Derecho de familia.

 Si bien, con el colapso que existe actualmente en los Juzgados, veo algo difícil que puedan asumir las revisiones de las sentencias de incapacitación dictadas con anterioridad a la entrada en vigor de la ley y además, cada 3 años revisen las adoptadas desde su entrada en vigor.

¿Qué decisiones puede tomar un discapacitado sin tutor con la nueva ley de discapacidad?

Las disposiciones transitorias de la nueva Ley, prevé que las medidas dictadas con anterioridad a la entrada en vigor de esta Ley, deben adaptarse a la nueva normativa, en un plazo máximo de 3 años, pudiendo el actual tutor, instar al tribunal a su revisión y adecuación a la nueva ley en el plazo de un año, así como solicitar que sea nombrada otra persona como curador.

 Si bien, con el colapso que existe actualmente en los Juzgados, veo algo difícil que puedan asumir las revisiones de las sentencias de incapacitación dictadas con anterioridad a la entrada en vigor de la ley y además, cada 3 años revisen las adoptadas desde su entrada en vigor.

¿Qué puedo hacer si la persona discapacitada sigue necesitando ayuda de un tutor?

En este supuesto, se deberá interesar la figura del curador con funciones representativas. En este supuesto se estará obligado a hacer inventario del patrimonio de la persona discapacitada y para la cual se ha establecido este apoyo, debiéndose presentar en los 60 días siguientes a la toma de posesión del cargo.

 El letrado de la Administración de Justicia puede determinar que ciertos objetos preciosos, valores mobiliarios, dinero o documentos, no deben quedar en manos del curador y que deberán ser depositados en un establecimiento que él mismo fijará. Deberán incluirse en el inventario los créditos que tenga el curador contra la persona a la que presta apoyo, pues de lo contrario, se entenderá que renuncia a ellos.

El curador con funciones representativas precisará autorización judicial para una serie de actos, como por ejemplo:

  • Realizar actos de trascendencia personal o familiar cuando la persona que precisa apoyo no pueda hacerlo sí misma.
  • Enajenar o gravar inmuebles o derechos de especial significado personal o familiar de la persona con medidas de apoyo.
  • Interponer demanda en nombre de la persona a la presta apoyo, salvo en asuntos urgentes o de escasa cuantía, no siendo precisa la autorización judicial cuando la persona con discapacidad inste la revisión de la resolución judicial en que previamente se le hubiesen determinado apoyos.
  • Contratar seguros de vida, renta vitalicia o análogos, cuando estos requieran inversiones o aportaciones de cuantía extraordinaria.

Si bien no precisará el curador representativo autorización judicial para la partición de la herencia o división de cosa común, sin embargo, una vez practicadas sí requerirán aprobación judicial. Además, si hubiese nombrado un defensor judicial para la partición deberá obtener también la aprobación judicial, salvo que se hubiera dispuesto otra cosa al hacer el nombramiento.

¿Cuándo dejo de ser tutor con la nueva ley de discapacidad?

No se deja de ser tutor, seguirás siendo el tutor, si bien está previsto que las Sentencias dictadas con anterioridad, sean adaptadas a la nueva ley, bien porque lo solicite el tutor en el plazo de un año desde la entrada en vigor de la ley, bien en el plazo de 3 años, si se realiza de oficio.

¿Se transforma automáticamente un tutor en curador con la nueva ley de discapacidad?

No, como he señalado anteriormente, ni las tutelas desaparecen ni los tutores se convierten automáticamente en curadores. La ley prevé como se ha indicado, un período para que las tutelas pasen a ser curatelas de apoyo en su mayor parte, y en algunos casos curatelas representativas.

¿Qué proceso hay que seguir para adaptarse a la nueva ley de discapacidad?

Para ello, debe solicitarse por el tutor actual al Tribunal que adapte la resolución judicial que establece la incapacitación a la nueva normativa.

 Es muy posible, que durante el procedimiento de adaptación se practique un nuevo examen de la persona por el Médico Forense adscrito al Juzgado, se oiga a los demás parientes y a la persona con discapacidad, a fin de valorar el alcance de la curatela: de apoyo o representativa.

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1 comentario en “¿Qué hacer si soy tutor con la nueva ley de discapacidad?”

  1. Vamos, que te endosan la carga del cuidado de un discapacitado pero te privan de las decisiones sobre el patrimonio para cuidarlo u obligarle a seguir tratamientos médicos o a que los cuiden en un sitio adecuado, o te someten a los caprichos del discapacitado, que y a la voluntad del juez. Resultado: todo le mundo va a rechazar las curatelas y las tutorías. Y los discapacitados que se queden, de pronto, sin padres o estos se pongan enfermos o viejos, serán, en el mejor de los casos, atendidos de hecho por un hermano (si lo tiene, muchos, ni eso) o tío, que alquilará su casa falsificando su firma para meterlo en una residencia por simple domiciliación (como se ha hecho con los abuelos toda la vida) y rezará para que le alcance y no tenga que esperar a que se venda su vivienda. Y luego le irá a visitar y ver con frecuencia, si es buena persona, para que sienta que tiene familia. Pero ni loco aceptará quedárselo en us casa. Y, si el discapacitado no quiere, se tendrá que aguantar solo. Es lo que hay: no puedes meterle un marrón a alguien, que le corta de raíz su vida personal (nadie se empareja con otro que tenga un cargo familiar adulto, ni te deja tiempo para criar a tus propios hijos) y profesional y, encima, privarle de decisiones sobre el curado. Además, estas personas antes se morían a los 40, ahora pueden durar tanto que te pillen a ti en circunstancias de poca salud o agotamiento igual, y las familias hoy son tan reducidas, que no tienen a quien pasarle el problema. Y pasárselo a primos es injusto, porque aniquila la familia: no permitirá que estos se reproduzcan tampoco, con esa carga sobre sus espaldas. Ningún hijo mío aceptará cargar con su primo, con un hermano, todavía. Así que habrá excusas de «estrés» o «poca relación» o «demasiado ocupado» por todas partes. Para ejercer una responsabilidad, hay que tener el poder para ejercerla, no te pueden dar la carga y quitarte capacidad de decidir cómo sobrellevarla y qué hacer con ella. Lo mejor es que se lo quede el estado y tú le vas a visitar, porque así tiene la parte gorda, el cuidado de día a día, cubierta para siempre, y pase lo que pase, y la afectiva, su familia, también, hasta que se muera o ya no pueda. Lo contrario, dejará a las familias con una carga insoportable como han hecho con los enfermos mentales, al eliminar los manicomios o residencias mentales: dejan a los enfermos decidiendo su vida, sin capacidad mental real para controlarla y asumir y cargar con las consecuencias de sus decisiones, y ese marrón le cae a sus familias, que jamás hubieran tomado tales decisiones, si le consultan. Tú decides el problema y luego cargan con él los demás. Cargan a las familias con la durísima e infernal convivencia con el enfermo mental, a las que convierten su vida en un calvario (y, en vez de un enfermo, acabas teniendo una familia entera de enfermos) y, mientras, el enfermo sin medicar ni controlar, porque no el da la gana y no le gusta sentirse adormecido o sospecha de que «le quieren envenenar» , hasta que un día se suicida y deja a su familia traumatizada, que es como terminan estas cosas. Es un engaño en el que se manipula a los discapacitados psíquicos (que por algo lo son, porque no poseen las capacidades psíquicas para tomar decisiones responsables sobre su vida) diciéndoles lo que quieren oír, que es mentira «tú tienes derecho a obtener y recibir lo mismo que los demás, sin pagar el mismo precio que ellos para lograrlo, y eres igual a los demás y puedes hacer lo mismo que los demás», (lo cual es mentira: si eso fuera así, y pudieran lo mismo: no necesitarían protección, tutela, asistencia, trabajos reservados, plazas y cuotas reservadas, pensiones de discapacidad, descuentos fiscales ni medidas de apoyo especial), para que se sientan poderosos (aprovechando los sentimientos de frustración y los complejos de inferioridad y envidia cuando descubres que estás en inferioridad de condiciones en la vida y en la selección natural, que unos la superan y otros no y siempre ha sido así, y es lo que ha permitido a la humanidad y otras especies perfeccionarse, hacerse cada vez ma´s inteligente, próspera y avanzar en la ciencia, al longevidad y la tecnología:, autofiltrándose dejando paso preferente a quiénes son capaces de adaptarse mejor a los cambios y retos del entorno y sobrevivir en ellos, no esperando a que sea el entorno el que se adapte a ellos, porque entonces se acumularían errores en la especie) y los convierte en tiranos imposibles de gobernar y que no se exigen a así mismos esfuerzo extra para superar sus limitaciones lo más posible; parte de la idea equivocada de que la discapacidad es una injusticia social opresora, cuando es solo una circunstancia natural fastidiosa, peor las circunstancias de la vida y la biología no son justas ni injustas, son las que son. No es injusto sufrir sequía, es nocivo. Tampoco es injusto ser menos inteligente o no poder cuidar de uno mismo: es una desgracia pero para eso está la caridad humana para ayudarse en esos trances. Pero al que proporciona caridad no le puedes imponer el favor que te hace como una obligación y encima dictarle tú cómo quieres que te lo haga. Porque el problema es tuyo, no suyo, y a quien deja de vivir su vida libre y cómoda para ayudarte a vivir a ti, les tienes que compensar ese sacrificio de sí mismo, olvidándote tú de ti mismo, como lo ha hecho él, y ponerle el sobrellevar tu carga lo más fácil posible para compensarle ese esfuerzo y esa renuncia a sus propio bien, y agradecerle por todo lo que hace por ti, su sacrificio por ti, no exigirle, porque solo eres libre para elegir tu vida, cuando puedes resolverte tus problemas de esa vida tú solo, cuando dependes de la bondad o el trabajo gratuito de otro, te aguantas y das las gracias. Exigir sobre lo gratis es esclavizar al otro y ningún discapacitado ni no discapacitado tiene derecho a esclavizara a otro. SI has tenido mala suerte de salud, es tu mala suerte, no tienes que traspasarla a otro que no la ha tenido. Pedir su ayuda, pero jamás exigirla. Porque nadie tiene el derecho moral a que otro deje de vivir para servirle a él. Eso tiene que venir del amor 8eso significa «caridad») nunca de la imposición, de la esclavitud. «Tú me cuidas y yo mando» . Todos los ancianos que conozco abandonados por sus familiares lo son por ese motivo: se convierten en dictadores constantes de cómo quieren que los demás carguen con ellos. A los dóciles y agradecidos, que obedecen los consejos de los que les ayudan, nadie los abandona. Lo mismo que han hecho con los menores: les dan a los niños todos los derechos y ninguna obligación de obediencia a los que les proporcionan esos derechos (sus padres), y a esos los privan de la posibilidad de corregirlos como consideren adecuado, ni darles un tortazo, ni encerarlos sin salir ni darles un grito cuando se pasan de la raya y no funciona lo demás, así que tienes un tirano en casa que se sabe impune. Conclusión: nadie quiere hijos. Pues con esto igual: nadie querrá las curatelas ni las tutelas de los discapacitados, el estado las cogerá y les dará el matarile de la eutanasia a la primera que se sientan desesperados o solos, y luego se quedará sus bienes y se ahorrará su pensión y gastos médicos. Por eso se hace. Si luego el da por abortar o casarse con otro igual que él o pedir el suicidio asistido, te quedas, encima, con ese mal de conciencia o con un marrón duplicado. Ni hablar: si el juez te designa, te excusas por salud mental (tengo estrés), porque «no te llevas bien o te haces con esa persona» , porque trabajas, estudias o eres muy mayor o muy joven. SI el estado les quiere manipular, vendiéndoles «libertad» y «empoderamiento» , para luego cargárselos y robarles la herencia, que se haga cargo de ellos. A las mujeres les ha hecho lo mismo. Antes las amas de casa eran propietarias del 50% del patrimonio de sus esposo. Le obedecían en cuestiones financieras y ya está, podían tener su propio horario y ser sus propias jefes, y jamás se preocupaban de ser despedidas ni de que les bajaran el sueldo o encontrara trabajo y sostén. La responsabilidad de ganarse el pan y la seguridad financiera era una carga que sólo asumía el marido. Pero hoy son, en teoría, libres porque trabajan ellas, pero no es cierto, porque ganan ambos la mitad, pues hay el doble de oferta de mano de obra, lo cual demedia su precio, y por eso, ellas trabajan más horas 8antes el marido tenía 2 jornadas laborales, ahora solo tiene una y la que tiene 2 es la mujer) y no tienen tiempo para formar una familia. Han cambiado ser jefas en su casa y sólo tener de jefe al marido en lo económico, por ser esclavas del jefe 8 o 10 horas, estar solas y sin hijos el día de mañana, y no poder gobernar su casa ni tener familia, y tener siempre la responsabilidad de su subsistencia económica y el estrés de lograrlo echada sobre sus hombros. Y, claro, si se separan y quedan en paro, nadie las ampara ya. Y si van de pareja «libre» sin casar, o se divorcian, no tendrán ni pensión de viudedad. Y si antes daban con un maltratador, ahora eligen el mismo perfil pero en serie: tienen varios y ninguno la mantiene, encima, Porque ese es el precio de la libertad y el empoderamiento: tus problemas te los comes tú. La protección implica perder libertad, pero te da seguridad, como en una empresa en que tienes jefe pero este te paga la seguridad social, el sueldo y cotiza por ti al desempleo. Pero, si eres autónomo, no tienes jefes, ni horarios ni broncas, pero todo eso te lo haces tú, y, si te quedas sin clientes o enfermas no tienes ingresos. Y, si la empresa quiebra, pues pagas. Así es siempre: si quieres libertad, sé responsable y apechuga con las consecuencias, si quieres protección, obedece a tu protector. O nadie te protegerá y te obedecerá gratis. Todo junto no. Te verás solo en la vida. Como le han hecho a las mujeres. es una manipulación, no lo olvides. El espejismo de la libertad y al igualdad es una mentira. La única libertad la da tener tú todos los medios y capacidades para no depender de otro. Si dependes, sea por lo que sea, no eres tu propio jefe, y tienes que obedecer a quien te preste esa ayuda. No es injusto, es la vida. Siempre es así. Si quieres sanidad, tienes que pagar al médico, al fabricante de medicamentos y a las enfermeras y los que trabajan y construyen hospitales o conducen ambulancias. SI no los puedes pagar, no tienes prestación sanitaria. Porque, lo contrario, sería esclavizar a esas personas que trabajan en esos ámbitos y pone su dinero invertido ahí, sin pagarles su trabajo. NO puedes exigir que otros te lo paguen pero, si lo hacen, tienes que agradecerlo, no considerar que es tu derecho que otros carguen con tu problema, eso es esclavitud y es robar a otros para satisfacer tus necesidades. A los demás les ha costado sacrificio y esfuerzo y nadie tiene derecho a quitarlo porque sí. Todos tienen necesidades. Hay que pedirlo por favor y agradecerlo. No exigirlo. El amor no es unidireccional: yo necesito y tú me das. Es recíproco. Todos dan, cada uno lo que puede.

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