Lesión medular en accidente de tráfico

Lesión medular en accidente de tráfico

Lesión medular en accidente de tráfico: ¿Qué es una lesión medular? ¿Qué consecuencias puede tener sufrir lesiones medulares tras un accidente de tráfico? ¿Se tiene derecho a indemnización si se sufre lesiones en la médula en un accidente de coche? ¿Cómo se valora una lesión medular en un accidente de coche de cara a reclamar la indemnización? ¿Cómo se reclama dicha indemnización? En este artículo el abogado experto en Delitos contra la Salud Pública, Carlos Bosch Antonin, responde a todas las preguntas mencionadas.

¿Qué es una lesión medular?

La lesión medular es el resultado de un impacto sobre la médula espinal, siendo la causa de dicha lesión en la mayoría de los casos un accidente de tráfico que lesiona la columna vertebral, que es donde se encuentra localizada dicha médula.

La médula espinal tiene la función de transmitir las órdenes del cerebro a las restantes partes del cuerpo, y su lesión puede ser completa o incompleta, siendo incompleta cuando sigue cumpliendo aún alguna de sus funciones y completa cuando quedan todas ellas destruidas.

¿Qué consecuencias puede tener sufrir una lesión medular en un accidente de tráfico?

Las secuelas típicas de una lesión medular son la tetraplejia, la paraplejia, la tetraparesia y la paraparesia.

Como hemos visto más arriba, la función de la médula espinal es conectar el cerebro con las demás partes del cuerpo. La médula espinal conecta el cerebro con los nervios de la mayor parte del cuerpo. Esto permite que el cerebro envíe mensajes al resto del cuerpo.

Cuando se lesiona la médula espinal, las órdenes que envía el cerebro no llegan a las partes del cuerpo a las que van dirigidas a partir del punto de la lesión (es decir, por debajo del punto en el que se ha producido la lesión), pero no por encima, donde el funcionamiento es totalmente normal.

Es el punto en que se produce la lesión el que determinará que afecte a dos extremidades (paraplejia o paraplesia) o a las cuatro (tetraplejia o tetraparesia).

Si toda la sensación (función sensorial) y toda la capacidad para controlar el movimiento (función motora) se pierden por debajo de la lesión de la médula espinal, la lesión se denomina completa, y provocará paraplejia si solo afecta a las piernas, o tetraplejia si afecta a las cuatro extremidades.

Si tienes cierta actividad motora o sensorial debajo de la zona afectada, la lesión se denomina incompleta, y puede provocar paraparesia (si afecta a dos extremidades), o tetraparesia. 

En el caso de la lesión incompleta significa que los impulsos nerviosos que pasan a lo largo de la médula espinal se interrumpen parcialmente. Debido a esto, los músculos conectados a estos nervios no funcionan adecuadamente.

¿Se tiene derecho a indemnización si se sufre lesiones en la médula en un accidente de coche?

Si se sufren lesiones en un accidente de circulación se tiene derecho a indemnización siempre y cuando no seamos los responsables/culpables del accidente.

Aún en ese supuesto, el del conductor culpable, se puede optar a indemnización en base a la póliza de ocupantes, es decir, la contratada con la aseguradora propia, pero no por la del contrario, que cubre las indemnizaciones de las lesiones ocasionadas por su culpa.

Igualmente, el pasajero de un vehículo que sufre un accidente y resulta con lesión medular tendrá derecho a reclamar una cantidad fija con cargo a la póliza de ocupantes (ordinariamente todos los vehículos la tienen contratada), y otra variable con cargo a la póliza de responsabilidad civil del causante.

Decimos que esta otra indemnización es variable, porque depende de múltiples factores.

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¿Cómo se valora una lesión medular en un accidente de tráfico de cara a reclamar la indemnización?

El primer factor que va a determinar el importe de la indemnización que se puede reclamar es la gravedad de la lesión.

Como hemos visto, la lesión de la médula puede ser total o parcial, y afectar a las funciones de las cuatro o de dos de las extremidades.

Obviamente, cuanto más grave es la lesión, más importante es la indemnización, y la lesión más grave es la tetraplejia, que significa que los brazos, las manos, el tronco, las piernas y los órganos pélvicos están afectados por la lesión de la médula espinal.

Le sigue en gravedad la paraplejia, cuando la parálisis afecta la totalidad o parte del tronco, las piernas y los órganos pélvicos.

Y a continuación, están la tetraparesia y la paraparesia, que como hemos visto se dan cuando la lesión medular no es completa.

Factores clave para valorar la gravedad de la lesión

Es también determinante a la hora de valorar la indemnización a la altura de qué vértebra se produce la lesión, pues será a partir de esa vértebra que la médula deja de hacer su función.

El pronóstico peor es el de la rotura a la altura de la cervical 4 o superior. En ese caso no hay ninguna movilidad, pudiendo el paciente precisar incluso de respirador automático. 

Por su parte, la menos mala de las lesiones medulares es la que se da entre las vértebras dorsal 11 y lumbar 2, pues significa que hasta la médula espinal mantiene íntegra su función motora y sensitiva.

La edad es un factor determinante también para establecer la indemnización. 

Como ocurre con todas las secuelas, la indemnización es superior cuanto más joven es el lesionado, y va descendiendo año a año según la edad de la víctima.

A continuación hay que tener en cuenta también los perjuicios patrimoniales, comenzando por la previsión de gastos de asistencia sanitaria futura, y las denominadas por la Ley “Ayudas técnicas o productos de apoyo para la autonomía personal” (sillas de ruedas, etc), así como por los gastos de adecuación de vivienda o vehículo, y la ayuda de tercera persona, cuyo horario variará según el grado de lesión que presente la víctima, o la pérdida de ingresos que la incapacidad que la lesión comporta acarrea.

¿Cómo se reclama dicha indemnización?

Para reclamar la indemnización en un caso tan complejo como es el del lesionado medular, lo ideal es contar con el apoyo de un actuario de seguros, que deberá ir de la mano del abogado para confeccionar una reclamación sólida y consistente.

El actuario de seguros es un profesional que, basándose en la estadística, prevé la posibilidad de producción de accidentes y sus consecuencias, y adecúa el precio de las primas a esa probabilidad. Ese conocimiento resulta indispensable para establecer los importes de las partidas que a continuación veremos.

La Ley proporciona unas tablas, y existen numerosas calculadoras de dichos perjuicios, pero los cálculos resultantes no suelen ser tan personalizados como cuando interviene el profesional que hemos indicado.

La ley prevé el resarcimiento de los gastos de asistencia sanitaria futura (artículo 113.2.c) de la Ley 35/2015) para el caso de lesiones medulares con una puntuación de 50 o más puntos. El pago de dichos gastos se garantiza con carácter vitalicio, es decir, mientras viva el lesionado.

También se garantiza el resarcimiento de los gastos de rehabilitación domiciliaria o ambulatoria, pero con un límite que varía en función de la gravedad de la lesión.

¿Los costes de movilidad afectan al importe de la indemnización?

Lo mismo cabe decir del incremento de los costes de movilidad, variando el importe de la indemnización en función del grado de pérdida de autonomía personal, en función de cómo le afecta a su movilidad; nos estamos refiriendo a la adaptación del vehículo, y al número de vehículos que necesitará en función de su edad.

Se prevé también en el caso del gran inválido la necesidad de ayuda de tercera persona, concebida como la no sanitaria, sino para suplir la imposibilidad de llevar a cabo las actividades de desarrollo personal (vestirse, asearse, alimentarse, etc).

Esta indemnización se acredita aunque no se contrate a una persona para que la lleve a cabo; es decir, si la realiza el cónyuge, pareja, ascendiente o descendiente y no recibe remuneración alguna por llevarla a cabo, se retribuye igualmente.

En la Ley existen unas tablas que establecen el número de horas de ayuda de tercera persona que se van a necesitar en función de la gravedad de las lesiones.

Como en toda secuela, es reclamable también el perjuicio por pérdida de calidad de vida, pero en este caso con la singularidad de que también pueden reclamarlo los familiares de grandes lesionados por la “sustancial alteración que causa en sus vidas la prestación de cuidados y atención continuada de dichos lesionados cuando han perdido la autonomía personal” (artículo 110.1 de la Ley).

La lesión medular comporta siempre una incapacidad, que podrá ser parcial, total, absoluta o constitutiva de gran invalidez.

Lucro cesante tras una lesión medular en accidente de tráfico

Ello es relevante a la hora de determinar el lucro cesante o ganancia dejada de percibir, siendo acreedores también de la indemnización por lucro cesante las personas que aún no han accedido al mercado laboral menores de 30 años, con un incremento del 20% para el caso de que el lesionado tenga estudios superiores, o las que se dedican exclusivamente a las tareas del hogar.

Al efecto, la propia Ley proporciona unas tablas que vienen a complementar la pensión que se merita, si bien esas tablas están calculadas para trabajadores por cuenta ajena, cuya base de cotización coincide con el salario efectivamente percibido, pero no para autónomos o profesionales liberales, cuya cotización a la Seguridad Social  está muy alejada de los ingresos que efectivamente se declaran a la Agencia Tributaria.

Nuevamente para valorar dicha partida indemnizatoria es conveniente servirse de un Actuario de Seguros.

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